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lunes, 2 de julio de 2018

Comunicación afectiva en emergencias.

Os dejo aquí un vídeo que muestra la necesidad y la eficacia de formar a los intervinientes en emergencias y catástrofes en técnicas de comunicación afectiva.
https://www.youtube.com/watch?v=_Gmn2o3pht4

Deuda con los que sufrieron mientras mirábamos para otro lado

Estimado Sr. Coronel de la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla:
Dirijo a Ud. esta carta, aunque realmente es para todos los Guardias Civiles de España, los de ahora y los de un pasado reciente e, igualmente, a sus familias.
Hace unos meses me regalaron “Patria”, un libro que no tenía ganas de leer. No me interesaba el conflicto vasco. Peor me lo puso el primer capítulo, en el que una mujer hablaba con un muerto y tenía una conversación interna. Un libro de difícil lectura por el dolor que me causaba comprender cómo vivieron muchas familias los años de la barbarie etarra. A pesar de que, a veces, se me hacía insufrible empatizar con las víctimas, reconocer que aquello describía una verdad dolorosa, me forcé a terminar su lectura porque comprendí que se lo debía a todos aquellos españoles.
Hace unos días, la 2 de RTVE proyectó “11D. Una mañana de invierno” una película en la que se narraba el atentado de la casa cuartel de Zaragoza donde tantos inocentes murieron.
Conocía el atentado, como conocía otros muchos, a través de algunas escenas que había visto de forma fugaz repetidamente en algunos informativos, pero la película me sumergió en una realidad humana en la que ponía caras y vidas a hijos, mujeres, compañeros…
Creo que es una película que se le debía a Cuerpo que Ud. representa, creo que es una historia que todos deberíamos conocer.
En los años en los que ocurrieron éste y otros atentados, yo estaba en la Universidad y era joven, quizás sólo eso pueda argumentar en defensa de mi pasividad.
En aquellos años, se nos ocultaba parte de la historia, la del drama humano y la sociedad española, yo, no queríamos involucrarnos, no queríamos que fuese con nosotros, salvo por el miedo a que nos afectara como víctimas colaterales. En aquellos años, la sociedad española, yo, no fuimos conscientes de la lucha y la incomprensión que la Guardia Civil (como la policía) y sus familiares sufrían. En aquellos años, la sociedad española, yo, éramos más cobardes o actuábamos de forma más cobarde respecto a la defensa y apoyo que Uds. merecían.
Sr. Coronel, Srs. guardia civiles, familia de éstos:
Perdón. Perdón por haberles ignorado, abandonado en esa y tantas casa cuartel. Perdón no no haberles apoyado, por no haber contado con nuestros abrazos, nuestros hombros donde llorar sus pérdidas, nuestros aplausos, nuestra indignación ante lo que les ocurría.
Gracias. Gracias por todo lo que hicieron por nosotros. Todo lo que hicieron y que nunca sabremos no podremos agradecerles.
Me despido de todos Uds. con mi respeto.
Juan M. Fernández Millán