Ayer vi llorar a cuatro jóvenes por la muerte de un amigo. Uno de ellos abrazaba a una compañera para consolarla. Habían viajado desde Guadalajara y habían ido en el mismo ferry que traía el féretro de su amigo y compañero.
Eran cuatro jóvenes, como otros cualquiera, solo que estos llevaban uniforme y tricornio.
A veces, cuando se habla de valores algunos dibujan una irónica sonrisa, como si habláramos de algo desfasado, algo arcaico e inservible. Anoche yo vi en esas lágrimas sentimientos, emociones y valores. No era sólo lo que sentían por un amigo, era la lealtad a su compañero.
Me gustaría pensar que algún día, todos compartiremos esos valores que cuerpos como la Guardia Civil o la Legión muestran con sus gentes.
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