Si un día, al poner la radio, en
la emisora sintonizada, están hablando de que ante la situación de corrupción
entre los políticos y una ola de separatismo, se alzan voces proponiendo la
educación para todos y la necesidad de que los gobernantes sean moralmente
intachables y se conviertan en ejemplo para su pueblo, seguramente pensaría que
el debate versa sobre la situación actual de occidente. Sin embargo, esa era la
situación de la China del siglo IV a. C. y el ciudadano, que proponía la
educación moral universal, era Confucio.
Da
"algo" de pesimismo percatarse de lo poco o nada que hemos avanzado.
Pero ahí no queda la cosa pues hay que añadir que, salvo durante un corto
periodo de tiempo, Confucio fue rechazado por los políticos/señores de su
tiempo. Y eso a pesar de que durante el tiempo que fue ministro consiguió que
el territorio del príncipe para el que trabajaba (Lu) floreciera y se
enriqueciera... pero, eso ya se sabe, suele ser motivo de envidia y censura, más
que de ejemplo. De su vida se aprende una deprimente lección: Si tu lucha es el
bien, la educación y la justicia, triunfarás... pero sólo cuando hayas muerto.
Afortunadamente, o como consuelo,
queda que el nombre de los príncipes que lo rechazaron han quedado para una
historia secundaria, mientras que el nombre de Confucio ha permanecido para el
que quiera recordarlo.
Supongo que, al igual que le
ocurrió a este maestro, en nuestra sociedad fracasará cualquier erudito que hoy
intente introducir algo de cordura y honradez entre nuestra clase política.
Por tradición oral familiar me
llegó una historia que ilustra nuestra forma de ser (la del ser humano) y que
puede servir de apoyo a lo contado anteriormente: Decía mi abuelo que un día
paseando junto a la Plaza de Toros de su querida tierra natal, Zaragoza, había
visto como mientras la muchedumbre vitoreaba y sacaba en hombros a un famoso
torero, por la misma acera paseaba un anciano con bastón que se retiró para
dejar paso y al que nadie reconoció: era D. Santiago Ramón y Cajal
Pero, advierto, para los que
estén pensando que tengo razón al cargar las tintas sobre los políticos, que en
este desastre TODOS tenemos nuestra parcela de culpa. Y lo digo hoy, día 4 de
junio de 2013, un día después de que la gran noticia en los noticieros
nacionales de ayer fuese que Neyma, un futbolista de 21 años, haya sido fichado
por 57 millones de euros y presentado ante 57.000 espectadores que no dudarán
en gastarse sus ahorros en una camiseta o la entrada a un partido: "Pan y
circo".
Amigo,
ResponderEliminarQué haces escribiendo a las 04:36??? Descansa, hombre!! Enhorabuena por el blog, lo seguiré, claro que sí. Nos vemos pronto. Un abrazo.